Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) se produce cuando los ocupantes de un edificio empiezan a mostrar síntomas de enfermedad directamente relacionados con el propio edificio.1
El síndrome del edificio enfermo es motivo de gran preocupación para cualquier persona responsable de la salud y el bienestar de los ocupantes de un edificio. Eso incluye a los gestores de edificios e instalaciones, que están motivados para proteger la salud de los ocupantes, pero que también reconocen las pérdidas personales y financieras potenciales que causa un edificio "enfermo".
Tras la pandemia de COVID-19, la salud de los edificios se ha convertido en un elemento esencial para la seguridad de las operaciones in situ de miles de empresas y de los millones de personas a las que dan empleo.2
Disponer de un edificio saludable también se ha convertido en un factor crítico para atraer y retener el talento.3
Una encuesta realizada en 2021 por Envoy reveló que hasta el 78% de los empleados no tienen previsto volver a las oficinas físicas (si es posible) o buscarán un nuevo empleo si consideran que su lugar de trabajo no aborda suficientemente estos problemas de salud críticos.4
Siga leyendo para obtener más información sobre los síntomas que provoca el síndrome del edificio enfermo, así como sobre lo que pueden hacer las instalaciones para ayudar a abordar los problemas de salud relacionados con la calidad del aire en el lugar de trabajo.
Tipos de contaminantes interiores
Los científicos han dedicado mucho tiempo a averiguar los mecanismos exactos que hacen que los edificios enfermen a sus ocupantes.
Lo que han descubierto es que, aunque los síntomas pueden variar, la causa es la misma: contaminantes del aire interior relacionados con contaminantes biológicos y químicos.5
Contaminantes biológicos
Este tipo de contaminantes incluye:
Muchos factores del entorno de un edificio pueden afectar al origen, la proliferación y la propagación de contaminantes biológicos, entre ellos:
- La temperatura: una temperatura ambiente cálida e incontrolada en el interior puede favorecer la proliferación de bacterias y moho, lo que puede provocar enfermedades y aumentar el riesgo de propagación de infecciones a través del aire6
- la humedad: los niveles elevados de humedad pueden favorecer la proliferación de mohos y bacterias, mientras que una humedad extremadamente baja puede resecar las vías respiratorias y reducir la protección natural que ofrecen las capas de mucosidad que recubren la nariz, la garganta y los pulmones.7
- higiene del edificio: zonas como baños, comedores y gimnasios pueden sufrir rápidamente la acumulación de microorganismos infecciosos si no se limpian o mantienen con regularidad.
Contaminantes químicos
Los contaminantes químicos también son un factor importante a la hora de enfermar a los ocupantes de un edificio. Entre ellos se incluyen:
- compuestos orgánicos volátiles (COV): emitidos por sustancias habituales en oficinas como pinturas, adhesivos, desinfectantes y tintas de impresión, algunos de los cuales se han relacionado con el cáncer (como el formaldehído).8
- humo de tabaco: miles de sustancias químicas y compuestos presentes en el humo de segunda mano pueden filtrarse al interior e introducir contaminantes atmosféricos peligrosos como monóxido de carbono y amoníaco9
- otras fuentes de productos químicos y olorescomo agentes de limpieza industrial y productos químicos que representan más de la mitad de todos los contaminantes químicos en muchas zonas urbanas10
Fuentes de contaminantes en interiores
Las fuentes de contaminantes biológicos y químicos suelen estar en el interior, aunque ocasionalmente pueden proceder del exterior.
Una humedad excesiva en el interior, por ejemplo, puede generar moho, bacterias, virus u otros contaminantes biológicos. Una serie de contaminantes químicos pueden ser producidos por el propio edificio, como los electrodomésticos o sistemas de calefacción mal mantenidos.
Factores de riesgo de mala calidad del aire interior
Hay una serie de factores de riesgo en lo que respecta a los contaminantes que enferman los edificios.
Las posibilidades de factores que pueden tener un efecto negativo en la calidad del aire de las oficinas son enormes. Algunos de los riesgos más comunes son:
- índices de ventilación y mantenimiento deficientes
- circulación inadecuada de aire fresco
- temperaturas elevadas o fluctuantes
- presencia y propagación de esporas fúngicas
- emisión de gases contaminantes en interiores, como productos de limpieza o pesticidas
- contaminantes y partículas procedentes del exterior, como PM2,5 y partículas ultrafinas (PUF)
Cuando estos factores de riesgo afectan a los ocupantes de un edificio, pueden producir una serie de síntomas, entre ellos11
- irritación de ojos, garganta, nariz y piel
- letargo
- dolores de cabeza y mareos
- náuseas
- falta de aliento y dificultad para respirar
- pérdida del olfato o del gusto
- enfermedades infecciosas como la gripe o el COVID-19
Qué hacer ante el síndrome del edificio enfermo
A continuación le indicamos qué hacer si cree que los ocupantes de su edificio están experimentando síntomas relacionados con el síndrome del edificio enfermo:
- Averigüe qué síntomas padecen los ocupantes del edificio. Esto puede ayudar a determinar qué tipo de cambios deben realizarse para mejorar la calidad del aire interior. Esto ayudará a iniciar el proceso de hacer un edificio más saludable.
- Discutir qué cambios pueden ser necesarios para ayudar a abordar las fuentes de síntomas.. Reúnase con las partes interesadas del edificio, incluido el personal de las instalaciones y de gestión, para identificar posibles fuentes de mala calidad del aire y soluciones para abordar los síntomas de los ocupantes.
- Consultar con expertos en calidad del aire para identificar soluciones específicas para la calidad del aire.. Identificar los problemas de calidad del aire y posibles soluciones pueden requerir conocimientos específicos para su correcta aplicación.
- Una vez realizados los cambios en el edificio, pregunte a los ocupantes si han mejorado sus síntomas.. Esto puede servir de indicador para determinar si son necesarios más cambios.
- Mantenga informados a todos. Durante las investigaciones sobre fuentes de contaminación y las mejoras de los edificios, informe a los interesados y a los trabajadores sobre los esfuerzos que se están realizando para mejorar la calidad del aire, cuánto puede durar el proceso y si los cambios están surtiendo efecto.
Conclusión
A la hora de abordar los problemas relacionados con el síndrome del edificio enfermo, es posible que desee consultar a profesionales que puedan ayudarle a determinar qué cambios serían más beneficiosos para el edificio.
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